Esta misma semana, uno de los diarios más influyentes del mundo, The Guardian, publicaba un editorial impactante acerca del problema global de salud asociado a la mala alimentación que nos azota, y decía: «Hay que olvidar los pequeños pasos y hacer frente a la Big Food [la gran industria alimentaria]. Se trata de un problema social, en sus causas y en sus consecuencias. Y un factor salta a la vista: la codicia. El problema no es la glotonería, sino la avaricia de los ‘Willy Wonkas’ y su presión de comida insana sobre los consumidores».
Cuánto no habremos leído y escrito (también investigado y publicado) sobre estos menesteres desde que este modesto blog echara andar allá por 2015. Bastante. Y coincidimos: es tal el envite que los gobiernos deben dejarse de medias tintas (pequeños pasos) y hacer frente a una industria de multinacionales de alimentación ultraprocesada muy poderosa que hasta ahora ha tenido gran influencia para amortiguar todas las medidas verdaderamente efectivas que se han planteado en diversas instancias para proteger la salud de los consumidores; y que, necesariamente, pasan por disminuir el consumo de sus productos.