En la primavera de 1924, Miguel de Unamuno pisaba Canarias por segunda vez en su vida pero, en esta ocasión, lo hacía contra su voluntad: el dictador Primo de Rivera lo desterraba a la isla de Fuerteventura, a los confines de su jurisdicción, lo que a éste debía de parecerle un severo castigo. Sobre lo que vio en la isla durante los pocos meses que anduvo entre los majoreros, el filósofo y escritor vasco dejó algunos escritos; uno de ellos lo dedicó al gofio, alimento de raíz indígena canaria y símbolo identitario de estas islas atlánticas, que, como veremos, ha gozado de tiempos mejores.
El gofio es simplemente el resultado de tostar y moler cereales enteros (complementados o no con legumbres o una pizca de sal), lo que se hace en molinos que “recuerdan a los gigantes contra los que peleó Don Quijote”, literaturizó Unamuno, quien con acierto calificó de “base de la alimentación del pueblo” a este alimento, mayormente consumido con leche o con potajes y caldos. Pero don Miguel fue más allá y apuntó: “es alimento que se recomienda para los niños”, para acto seguido dejar escrito un pasaje un tanto insólito: “los ingleses y norteamericanos se han dado a imitar al gofio poniéndole otra etiqueta y atribuyéndose, industrialmente, su invención”.
En las bambalinas de esta web hay un artículo no publicado e inconcluso que lleva por título un pareado: ‘Amamantar y vacunar, buena forma de empezar’, que por despiste del abajo firmante quedó en su momento en el tintero digital. Sin embargo, en ello fue en lo primero que pensé cuando una mañana de hace unos meses recibí una llamada con el amable ofrecimiento de ayudar en la organización del Foro Salud y Bienestar que, desde 2016, organiza la Fundación CajaCanarias a través de su imponente obra social y cultural; se me daba la posibilidad de colaborar en la coordinación de este encuentro de divulgación y de proponer temática y personas ponentes.
Con un agradecimiento enorme por esta confianza en mi criterio, lo tuve claro de inmediato: la primera infancia, los bebés, los peques. También lo vieron apropiado mis interlocutores, y así nació esta última edición del Foro, realizada el pasado noviembre, que llevó por título no un pareado pero sí una metáfora: ‘La mejor bienvenida. Lactar, querer, vacunar…’.
El resultado fue, sin duda, infinitamente mejor que lo imaginado: todos los ponentes dijeron sí a la primera y por eso, en La Palma y en Tenerife, las personas que lo desearon (y no fueron pocas) pudieron disfrutar de la sapiencia del reputado pediatra Carlos González, de la pasión de la enfermera pediátrica especialista en vacunas Susana Cantero, del deslumbrante mensaje del impagable dietista-nutricionista y divulgador Julio Basulto y del conocimiento diáfano de la pediatra experta en lactancia materna Marta Díaz.
Carlos, Susana, Julio y Marta (de izquierda a derecha y de arriba abajo)
El objetivo fue sencillo: facilitar la adquisición de nociones básicas sobre asuntos tan relevantes como la lactancia, las vacunas, la alimentación infantil, la crianza, el apego…, reforzando hechos probados, solventando dudas y desterrando bulos; y además discernir las voces fiables de las que se sustentan en soterrados intereses que poco tienen que ver con la salud y el bienestar de la infancia. Ahí es nada. Un servidor y la periodista Aída M. Martínez, como moderadores, tratamos de no estorbar.
Prometo a los escasos, pero no por ello menos relevantes, lectores de este blog traer en su momento los vídeos de dichas jornadas, que a buen seguro se convertirán en piezas de gran interés para las personas interesadas en la salud infantil.
Por cierto, aquel artículo olvidado con una rima en su título pretendía únicamente contar la primera de una serie de colaboraciones sobre promoción de la salud y hábitos de vida saludable que realizamos en Canarias Radio hace dos veranos, y en la que decidimos comenzar hablando de estas cosas. Aquí está: Ir a descargar